domingo, 6 de mayo de 2007

sos grande Leonard Cohen

cómo escribir poesía


Por Leonard Cohen

Por ejemplo la palabla mariposa. Para usar esta palabra no hace falta
aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar un día
soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado de
las mariposas.

La palabra mariposa no es una mariposa de verdad. Está la palabra y está la
mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reirse de tí si confundes estos
dos conceptos. No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué quieres
transmitir? ¿Que amas a las mariposas con más perfección que nadie? ¿O que
entiendes realmente su naturaleza?

La palabra mariposa no es más que un dato. No te da pie a revolotear,
elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza y la fragilidad o
interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes las palabras. No
representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del suelo cuando
hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando hables de la
muerte.

No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si quieres
impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o debajo del
vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te ha llevado a
hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti mismo ni
lo que dices.

¿Que expresión podría definir a nuestra época? Nuestra época no tolera
expresión alguna. Todos hemos visto fotografías de madres asiaticas
desoladas, así que no nos interesa la agonía de tus órganos
achacosos.Nadade lo que puedas expresar con tu cara tiene parangón con
el horror de
nuestro tiempo. No lo intentes siquiera. Sólo merecerías el desprecio de los
que han sido tocados en lo más hondo.

Todos hemos visto informativos con seres humanos embargados por el dolor y
la desazón. Todos sabemos que comes como Dios manda y que hasta te pagan
para que te subas a un escenario. Estas tocando para gente que ha vivido
catástrofes, así que tranquilízate. Di las palabras, transmite los datos y
hazte a un lado. Todos sabemos que sufres.

No puedes contarle al público todo lo que sabes del amor en cada verso de
amor que digas. Hazte a un lado: la gente sabrá lo que tú sabes porque ya lo
sabía. No tienes nada que enseñarles. No eres más hermoso que ellos. Ni más
sabio. No les grites. No fuerces una entrada en seco. Eso es sexo mal
practicado. Si muestras el contorno de tus genitales, entrega lo que
prometes. Y recuerda que, en el fondo, la gente no quiere acróbatas en la
cama.

¿Que necesitamos? Estar cerca del hombre natural, estar cerca de la mujer
natural. No quieras ser un cantante venerado por un público numeroso y leal
que desde siempre ha seguido los altibajos de tu carrera. Las bombas,
lanzallamas y demás mierdas han destruido algo más que árboles y poblados.
Tambien han destruido los escenarios. ¿Acaso creías que tu profesión iba a
escapar de la destrucción general? Ya no hay escenarios. Ya no hay
candilejas. Estás entre la gente, por tanto sé modesto. Dí las palabras,
transmite los datos y hazte a un lado. Quédate sólo. Quédate en tu
habitación. No montes un número.

Se trata de un paisaje interior. Está dentro y es privado. Respeta la
intimidad de tus textos pues fueron escritos en silencio. La valentía de la
interpretación es decirlos, La disciplina de la interpretación es no
violarlos. Deja que el público sienta tu amor por la intimidad aunque ésta
no exista. Sé una buena puta. El poema no es un eslogan. No puede
promocionarte. No puede fomentar tu reputación de sensible. No eres un
semental. No eres un ladrón de corazones. Tanto gánster del amor y tanta
tontería. Eres un estudiante de disciplina. No representes las palabras. Las
palabras mueren cuando las representas, se marchitan, y no nos queda más que
tu ambición.

Di las palabras con la precisión exacta con que comprobarías la ropa de tu
colada. No te conmuevas con una blusa de encaje. Unas braguitas no tienen
por qué ponértela dura . No tiembles al ver una toalla. Las sábanas no han
de dibujar una expresión de ensueño alrededor de tus ojos. No hace falta que
llores en el pañuelo. Los calcetines no están ahí para evocarte extraños y
lejanos viajes. No es más que tu colada. No es más que tu ropa. No seas un
mirón escudriñando a través de ella. Limítate a llevarla puesta.

El poema es mera información. Es la Constitución de la patria interna. Si lo
declamas y lo hinchas con nobles intenciones, no eres mejor que esos
políticos que tanto desprecias. No haces más que agitar una bandera y llamar
patéticamente a la patriotería emocional. Piensa en las palabras como
ciencia, no como arte. Son un informe . Es como si dieras una conferencia en
la Federación de Montañismo. Las personas que te escuchan conocen todos los
riesgos de la escalada, y te honran dando por sentado que lo sabes. Si se
los pasas por la cara, estás insultando la hospitalidad que te ofrecen.
Infórmales de la altitud de la montaña, describe el equipo que utilizaste,
especifica el tipo de superficie y fija el tiempo que duró la escalada.

No busques dejar al público boquiabierto. Si el público se queda
boquiabierto, no será debido a tu apreciación de los hechos, sino a la suya.
Tu mérito estará en la estadística y no en las inflexiones de tu voz ni en
los ademanes enérgicos de tus manos. Estará en los datos y en la tranquila
organización de tu presencia.

Evita las florituras. No temas ser débil . No te averguences de estar
cansado. Tienes buen aspecto cuando estás cansado. Parece como si pudieras
seguir y seguir sin parar. Y ahora ven a mis brazos. Eres la imagen de mi
belleza.

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